Llámame Rouss

Desde los siete años ya jugaba a hacer dictados a mis pobres hermanos. La mayor de mis pasiones es, sin lugar a duda, educar. Después de ir a mi aula, ver a mis alumnos, enseñarles y dar buenos consejos, entre muchas más cosas.

Puedo hacer todas las demás cosas, pero esto no podría ser así, ya que son mi motor y mi alegría. Me encanta acompañarlos y soy fan de la diversidad, por lo que me especialicé en pedagogía terapéutica y también en inglés.

Por muy contradictorio que parezca, ha sido muy difícil para mí, por eso ahora, soy especialista en la lengua inglesa para ayudar a aquellos que como yo no entendían la lengua ni el Fill gaps.

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Mi abuela se llevó su Córdoba a Madrid y con ella, sus flores. Recuerdo que sabíamos cuál era por sus claveles rojos que colgaban cual patio cordobés. Eran preciosas y no dejaban de crecer y crecer. Mi relación con las plantas, por el contrario, era algo turbulenta. Por más que lo intentaba, se me morían todas, hasta que comencé a escucharlas, ponerles música y decirles lo bonitas que son tal y como mi abuela hacía. Ahora son parte de mi y quiero darte buenos consejos sobre ellas.